La Hermandad Prerrafaelita fue una asociación de pintores, poetas y críticos ingleses, fundada en 1848 en Londres por John Everett Millais, Dante Gabriel Rossetti y William Holman Hunt.
Los objetivos de los prerrafaelitas se resumían en cuatro declaraciones:
*Expresar ideas auténticas y sinceras;
*Estudiar con atención la Naturaleza, para aprender a expresar estas ideas;
*Seleccionar en el arte de épocas pasadas lo directo, serio y sincero, descartando todo lo convencional, autocomplaciente y aprendido de memoria;
*Lo más importante de todo, buscar la perfección en la creación de pinturas y esculturas.
Los prerrafaelitas rechazaban el arte académico predominante en la Inglaterra del siglo XIX, centrando sus críticas en Sir Joshua Reynolds, fundador de la Royal Academy of Arts. Desde su punto de vista, la pintura académica imperante no hacía sino perpetuar el manierismo de la pintura italiana posterior a Rafael y Miguel Ángel, con composiciones elegantes pero vacuas y carentes de sinceridad. Por esa razón, ellos propugnaban el regreso al detallismo minucioso y al luminoso colorido de los primitivos italianos y flamencos, anteriores a Rafael —de ahí el nombre del grupo—, a los que consideraban más auténticos.
Se inspiraban en los nazarenos, los prerrafaelitas propugnan el regreso a una pintura límpida, pura, que tuviera como referencia estilística el arte medieval y los maestros anteriores a la “manera moderna” de Rafael (primer Renacimiento o Quattrocento). Movidos por una extraña forma de religiosidad, a menudo asociada a una sensualidad inquietante, la pintura de los prerrafaelitas divide a público y crítica. Sus temas preferidos son literarios – ilustran Dante, Shakespeare, Keats o Robert Browning, el poeta místico que tanto amaba Italia.
En su búsqueda de un colorido brillante, semejante al de la pintura del Quattrocento, Hunt y Millais desarrollaron una técnica pictórica consistente en aplicar por encima del dibujo previamente trazado en el lienzo una fina capa de pigmento blanco, que dejaba visible el dibujo; sobre esta capa húmeda se aplicaba la pintura, con pinceles pequeños y meticulosa lentitud. Esto permitía que el color tuviese en sus cuadros el brillo y luminosidad que buscaban.
Este énfasis en la luminosidad del color era una reacción contra el uso excesivo del betún en las obras de artistas ingleses como Joshua Reynolds, David Wilkie o Robert Haydon. El uso del betún dejaba en la pintura zonas oscuras, un efecto que los prerrafaelistas rechazaban.
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