La fotógrafa brasileña Angélica Dass está tan acostumbrada a ver mezclas en su familia que lo de la división de razas en blanco, negro, rojo y amarillo le sonaba bastante ajeno. Fue la intención de romper con esos códigos lo que dio inicio al proyecto.
“La gente me pregunta siempre por qué uso pantone. La razón es que es una escala industrial, alfanumérica, que es completamente neutra. Es menos precisa que la escala CMYK o RGB, pero no quería numerar ni dar más importancia a un color que otro. Con pantone, sin embargo, un color no tiene más importancia que otro”, añade.
En definitiva, éste el propósito de su trabajo: demostrar que no hay tantas diferencias como pensamos. “Hay gente de todas las religiones. Uno de los negros del proyecto ha llegado en patera a España y una de las ‘rositas’ es una persona que pertenece a la lista Forbes. Y siempre reto a que encontréis quién es quién. Nos habla de otras cosas. Todos los que han participado son clave para que la exposición haya ganado ese premio”.
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