La fotógrafa Colita es parte activa de la 'Gauche Divine' barcelonesa de los sesenta, retrató a los más grandes artistas y escritores. Un libro muestra sus mejores imágenes.
Gabriel García Márquez está de pie, se sujeta los pantalones dejando a la vista unos calzoncillos con un estampado felino. Sonríe sin mirar al objetivo. Colita (Barcelona, 1940) tomó esa imagen en 1969 y es uno de los retratos que La Fabrica reúne ahora en un libro sobre la obra de la artista.
Para la ocasión, la fotógrafa ha seleccionado los retratos que más la divierten. A la imagen del autor de Cien años de soledad acompañan las de Joan Miró, Carmen Amaya, Salvador Dalí y Jaime Gil de Biedma, entre otras. En sus retratos, los protagonistas se muestran sonrientes y relajados. Una característica que define el estilo de la que fue fotógrafa y parte activa de la Gauche Divine. Instalada en el patio de su casa del barrio barcelonés de Sants, con huerto y un pequeño estanque lleno de peces naranjas, Colita ofrece café, pero advierte que lo prepara muy malo. Sus gestos impetuosos destilan honestidad.
Ha logrado arrancar una sonrisa a la mayoría de sus retratados, pero con Salvador Dalí no lo consiguió.
"Antes, la cultura era algo sexy, era un medio para relacionarse"
No me creo a la gente seria. Cuando tengo que hacer un retrato intento que confíen en mí. El personaje de Dalí me parece asqueroso, era un avida dollars y no me gusta. Lo mejor que le pasó en la vida fue amar a Federico García Lorca.
Pero Dalí fue un traidor y su pintura no me interesa. En cambio, fui muy amiga de Joan Ponç y he sido una gran admiradora de Joan Miró.
¿Por qué ha elegido una imagen de Terenci Moix para la cubierta del libro?
Prefería el retrato de una niña gitana con una cámara porque tiene más que ver conmigo, pero la editorial optó por la de Terenci enseñando musculitos. Es una de las primeras fotos que le hice. En aquellos años todavía tenía pelo y le apetecía enseñarlo. Terenci quería parecerse a Burt Reynolds, me pidió unas fotos sexis y organizamos la sesión.
"La libertad es no acumular deudas de las que se pagan con carne"
¿A quién se ha quedado con ganas de retratar?
¡A Bette Davis! Me encanta, y me la perdí. Cuando tengo un día tonto me pongo La extraña pasajera y me divierto.
En cambio, retrató al poeta Jaime Gil de Biedma en infinidad de ocasiones.¿Ha visto la película El cónsul de Sodoma?
¡Caramba, se ha puesto seria! ¿Qué otros temas logran cambiarle el humor?
No puedo con los pederastas y el maldito clero. A los curas que se follan a niños habría que cortarles la polla a trocitos. En cierta manera, yo también he sufrido abusos. Fui a un colegio de monjas y un cura hacía que me sentara encima suyo y me tocaba las ligas. El que nos confesaba nos preguntaba obscenidades sobre lo que nos hacían los chicos.
¿Por eso es agnóstica?
Desde que salí del colegio no he vuelto a pisar una iglesia. Durante el franquismo los curas eran los amos. Nunca me he creído el cuento de la Iglesia católica. Si la gente se soltara la lengua, la cola de los que han sufrido abusos llegaría desde aquí hasta Sitges.
Usted tiene fama de haber conseguido ser una mujer libre.
Para mí, la libertad es no depender de nadie. No acumular deudas de las que se pagan con carne. De esas no tengo ninguna. Pero me considero fuera de juego, ahora sólo juego conmigo misma, aunque he sido militante de izquierdas y sigo en temas feministas.
¿Qué diría a los que creen que el feminismo ya no es necesario?
Las mujeres que no lo consideran necesario, mañana a lo mejor mueren en manos de sus maridos. Se han ganado muchos derechos pero hay que seguir luchando. Nos hemos pasado 40 años chillando para conseguir el aborto. El feminismo es una cuestión de justicia, la gente joven debería entenderlo.
¿Cómo era usted de joven?
Una petarda trabajadora, pero petarda al fin. Lo que pasa es que desde pequeñita he amado la fotografía. Conocí a Oriol Maspons, aprendí el oficio y empecé haciendo fotos románticas de mis amigas para sus chicos. Cuando era joven la cultura era algo sexy, era un medio para relacionarse, conocer, beber, follar... Y ahora, creo que los jóvenes piensan que la cultura es un rollo.
No parece tener mucha esperanza en las nuevas generaciones.
Yo salgo poco y no estoy preparada para dar una conferencia sobre la juventud. Pero lo que veo a través de la televisión me deprime de una forma terrible. Están los ni ni, una generación maldita que vive en casa de sus padres esperando con la boca abierta a que se lo den todo hecho. Yo les daría con el culo de la sartén para que espabilasen. Aunque hay excepciones como la hija de mi asistenta, una niña rumana que sabe la tremenda oportunidad que supone la educación.
Usted lleva más de 50 años haciendo fotos. ¿Qué relación tiene con las nuevas tecnologías?
Sólo de pensar que existe Google se me cae la baba de placer. Tengo una excelente relación con la fotografía digital. Me apunté al carro muy rápido porque quise aprovechar las infinitas oportunidades que ofrece.
¿Cómo ve el futuro de sus archivos?
Pues parte de él ya está en el Museu Nacional dArt de Catalunya, pero quiero digitalizarlo todo, venderlo y quedarme sólo con 1.000 fotografías. Ahora estoy prácticamente jubilada y me dedico a sacar fotos a mis gatos y mis perros. Mi mundo cercano son los animales. Son a los únicos a los que no puedo decir nunca que no.
Pero está preparando un libro sobre los 50 años de la Nova Cançó, ¿verdad?
Se trata de un encargo que me hizo la Generalitat y quiero tenerlo listo en septiembre. Se llamará La meva cançó. Al primero que fotografié de todos ellos fue a Joan Manuel Serrat por un encargo de Edigsa. Yo estaba más metida en el flamenco y en el rock, y cuando empecé a componer las portadas de sus discos quise darles un aspecto profesional y glamouroso. A la gente siempre la he sacado guapa, sino me quedo en mi casa. Aviso que en el libro ninguno saldrá con su guitarra. Además, incluiré a Labordeta, aunque hay quien no lo considera de la Nova Cançó. Pero tengo otro proyecto entre manos...
Estoy buscando a las pioneras de la fotografía. Las primeras fotógrafas eran heroínas. Las hay en casi todos los países, pero abundan las norteamericanas. Viajaban en carromato con todo su equipo hacia el Oeste a retratar vaqueros. He encontrado muchas imágenes y de momento las estoy clasificando.
¿Qué hará con ellas?
Quiero construir una herramienta, un CD con sus fotos, un breve texto sobre la historia de esas mujeres, algo útil. Si alguien luego quiere hacer un libro, pues que lo haga.
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Hasta el 13 de julio. Exposición de Isabel Steva, Colita, una de las artistas más destacadas de la fotografía catalana contemporánea.
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